Héroes

Hay muchos tipos de héroes.

Generalmente si te piden que definas uno lo primero que te viene a la cabeza es el típico superhéroe con superpoderes y un traje superhortera.

Como Spiderman, por ejemplo. Oye, le pica una araña radiactiva y,  en lugar de mandarlo al otro barrio, le concede poderes extraordinarios, que él emplea en luchar contra el mal y en volar por ahí, dejándolo todo perdido de lianas de tela de araña. Cuando, si hubiera sido un poco listo, estaría forrándose vendiendo su tela irrompible a Zara o Mango. Claro, que ahora que lo pienso, probablemente eso no interesa.

O Supermán. Otro que tal. El tío viene de un planeta de gente rara y, al llegar a la Tierra se convierte en un cachas volador con pocas luces ¿en serio piensas que ponerte o quitarte las gafas es suficiente para que nadie te reconozca? Pues por lo visto le funciona… o todos los demás están muy mal de la vista. La peor de todas Lois Lane, tiene que tener unas cataratas como las del Niágara.

Todos estos se han llevado la fama,sí, pero no aguantan con los héroes de verdad. Los que, en un principio son como tú y como yo, pero un día el destino los coloca en el sitio indicado y en el momento justo– o todo lo contrario– y se ven obligados a echar el resto.

Ese otro tipo de héroe que cuando la vida le da un revés él se levanta y pelea a sabiendas de que la vida, tan hermosa y a la vez tan suya, se lo puede devolver aún más fuerte.

Ese , ese es el héroe que yo admiro. El que se ha visto abocado, de la noche a la mañana a luchar contra el MAL con mayúsculas.

Porque a veces pasa. Vives tan plácidamente y, de repente, la vida desafina.

Y cuando la vida le viene a alguien desafinada, yo creo que los demás nos convertimos en coristas y tenemos la obligación de cantar lo más fuerte posible. Enérgicamente, sin descanso, con la mayor de las entregas.

Las veces que haga falta.

El tiempo que haga falta.

Para intentar, entre todos, volver a la melodía.

Héroes cotidianos que no siempre acaban ganando a sus enemigos. Pero un día tomaron la decisión de no dejarse vencer, de pelear contra sus miedos, o contra las malditas guerras desatadas en su interior. Y, pase lo que pase, ya han vencido.

Después de escribir esto, lo único que se me ocurre es que los héroes que tenemos a nuestro alrededor deberían saber que pensamos que lo son: padres, madres, hermanos, amigos, parejas, familiares, desconocidos. Deberían saber que tanto si ganan como si pierden sus particulares e intransferibles batallas, para nosotros SIEMPRE serán héroes.

3 comentarios

  1. sadire · diciembre 1, 2016

    Estas muy profundo!!!! Me ha emocionado esta entrada.

    Me gusta

  2. torpeyvago · diciembre 1, 2016

    ¡Ole entrada, sí señor!
    ¡Viva el coro de héroes!

    Le gusta a 1 persona

  3. anacentellasg · diciembre 1, 2016

    Genial! Por no decir magistral!

    Le gusta a 1 persona

Deja un comentario