El gatito Misifús

Solo ceniza -un montoncito con forma de volcán encima de la cama- había quedado del señor y de la señora López tras ser fulminados por el rayo calórico de Misifús, su querido gatito. El minino recogió los restos de los humanos con los que había convivido durante tantos años y, mientras los esparcía por su cajón de arena, pensó en lo mucho que le hubiera gustado conservarlos como mascotas. Después se tumbó en el sofá a esperar. De un momento a otro, llegarían las naves nodriza.

Un comentario

  1. torpeyvago · diciembre 11, 2016

    Pero ¿consiguió de los humanos el canto o «piedro» angular del portal estelar? Al final no me he enterado de si se lo echó en su bolsillo dimensional.

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