Cuando el Kevin Crsitian le dijo al genio de la lámpara que quería tener un cimbel XXL y toneladas de ‘nieve’ guiño-guiño de la buena a su disposición con la que pillarse un buen cuelgue, no pensó en que el genio llevaría siglos encerrado, no le entendería y le enviaría al Polo, que tendría un deseo irresistible de colgarse del único arbol en kilómetros, ni, por supuesto, en lo difícil que sería andar con un pene de 130 cm.