Érase una vez una niña llamada Wendy a la que le gustaba el color rosa de un modo enfermizo (sólo hay que ver su habitación), los peluches que emiten soniquetes extraños, ir a la escuela, los trajes con mucho vuelo y jugar con sus amigas, las llamas del altiplano. Como una especie de Heidy, pero a lo andino.
Un día, un productor sin escrúpulos pasó por su aldea y se fijó en nuestra amiguita, que estaba cantándole a unas cabras una canción de desamor. Las cabras tenían la mirada perdida e intentaban, sin éxito, desatarse unas a otras a dentelladas para salir huyendo de allí. Todas menos Pichí, la cabra sorda que disfrutaba con los brillos de los vestidos llenos de lentejuelas de su ama y soñaba con empujarla un día por la ladera para ocupar su lugar.
El productor prometió a la niña que, si le dejaba producirle un disco y quedarse con todos los beneficios, a cambio le montaría una granja de gallos a todo trapo. La niña contestó que vale, pero que ya tenía una granja de gallos en su garganta y que ella, con hacer felices a las personas con sus particulares chilliditos, ya se daba por satisfecha. El productor, emocionado y dolorido por los pellizcos que el mismo se propinaba incrédulo de su suerte, le encargó que compusiera ua canción. Sería el primer single. ¿En qué se inspiraría?
Wendy guardaba un secreto: añoraba la lactancia materna. Ya lo tenia… ¡Escribiría sobre ese resquemor! Y así, sobre la marcha, en tres minutos quince segundos compuso la canción ‘La tetita’….
Que se prepare el mundo de las letras. Que la Real Academia de la Lengua abra el bloc de notas: ‘Nenia y nenoche veniana tomar mi tetita’ y ‘Anda ver si lameo a mi mamita me esta provocando con su tetita’ quedarán para la historia de la música a la misma altura de frases como ‘Mucho potaje de los de antes, por eso yo me muevo así con mucho arte’ de la ínclita y próxima protagonista de ésta sección María Isabel, u otras letras de nivel como ‘ Yo sigo comiendo pizza, tu sigues tan mazzizza como ayer’ de Modestia Aparte o ‘ No hay marcha en nueva york y los jamones son de york’ de Mecano. Como podéis observar en España el arte también chorrea por doquier…
Compuesta la letra, Wendy llamó a su primo el de la tómbola para que le hiciera las introducciones y una especie de soliloquios para el centro de la canción y ya estaba todo listo para grabar el video.
Como no podía ser de otro modo, ‘Mi tetita’ fue un éxito sin precedentes en los cuatro rincones del planeta. Wendy dio trabajo con sus canciones a toda su familia -incluido un primo cuarto pequeñito que sale bailando en todos sus vídeos-, se compró cientos de faldas con mucho vuelo y kilos y kilos de lentejuelas y se fue de gira por la comarca, gracias a lo cual, la salud mental de las cabras de su aldea mejoró hasta el punto de volver a salirles el pelo que habían perdido por el estrés.
Pero no todo iban a ser éxitos y alegrías, no…Como ha ocurrido cientos de veces antes, el éxito mal gestionado, el tenerlo todo puede hacer que un artista abrace el lado oscuro. No sabemos que llevó a Wendy a cambiar la saludable tetita de leche materna por un tercio de San MIguel, pero ella lo tiene claro: ‘CerMeza…cerMeza, quiero tomar cerMezaaaaaa’. Y la pide con vehemencia, necesita su dosis, ya: ‘Señora cantinero, deme otra cerMezaaaaa’.
Atención a la aparicion estelar del tío borracho de la cantante.
Llegados a éste punto, estoy seguro de que cientos de interrogantes se agolpan en vuestras cabezas. ¿Estaremos ante una nueva Drew Barrymore?¿Ante la émula peruana de Amy Winehouse? Qui lo sá. De momento, hasta aquí podemos contar de las aventuras de Wendy Sulca, la cantante más nasal de la historia. En cuanto tengamos más noticias os las haremos llegar.
MORALEJA (ahora, en serio): Los niños a jugar, que es su trabajo.
Desconocía a esta niña hasta el momento. Debería seguir sin conocerla.
La moraleja es cierta, cierta. Saludos.
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Casi me meo con las cabras! Grande como siempre, Mr. Ávila!
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Me pregunto ¿Como puede dormir el productor por la noche?… Y ¿Cuando será el primer escándalo de drogas de Wendy?
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Amén a la moraleja. jajaja.
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madredelamorhermoso.
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Me surgen una serie de dudas trascendentales:
¿Cuánto tiempo pasa el autor buscando por la red estas cosas? 😉
¿Realmente son absurdos los cuentos que se basan en una realidad tan tangible?
¿Tanta diferencia hay entre una San Miguel y una Mahou Clásica?
Gracias por esta asombrosa entrada.
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Haz llegado un poco tarde al fenómeno de Wendy, ella ahora ya es toda una adolescente que intenta imitar a Madona (la de los 80’s).
Para deleitarte con estos artistas andinos te recomiendo al Delfin (creo que es ecuatoriano) y su comercial de aceite… para que te deleites viéndolo bailar sobre unas papas.
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La arruinaron de por vida.
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No te digo ná y te lo digo tó…
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